Quinto Elemento

Cecilia Bernasconi: "Cantar es estar doblemente viva, es sentir placer, es comunicar. Cantar es entrega"


14 de octubre de 2021

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Tregua es el tercer disco de canciones propias de la cantante, compositora y guitarrista Cecilia Bernasconi. Fue realizado junto a la banda que la acompaña desde 2017 integrada por Demian Pozzo en guitarra eléctrica, Bruno Milano en bajo y Lucas Trosman en batería. En un diálogo y profundo con Quinto Elemento, Cecilia cuenta cómo se gestó este flamante trabajo.

PRESENTACIÓN EN VIVO:
JUEVES 14 DE OCTUBRE
21HS  
en HASTA TRILCE
Maza 177 - CABA 
Entradas $600 y $700
disponibles en Alternativa Teatral:
www.hastatrilce.com.ar


-Tregua ya está en las plataformas musicales. ¿Cuándo y cómo comenzó a nacer este disco? ¿Qué nos podés contar de tu flamante trabajo discográfico?
-Tregua tiene una primera tanda de canciones compuestas entre 2018 y 2019 que iban a formar parte de un EP que íbamos a grabar en mayo de 2020. Eso no se pudo hacer por motivos que todos conocemos, y durante la cuarentena seguí componiendo. Y hacia fines de año me encontré con un repertorio que tenía coherencia entre sí y que tenía ganas de que fuera un disco. Es un disco que refleja la sonoridad de una banda, con la que venimos trabajando hace más de 4 años, formada por Demian Pozzo en guitarra eléctrica, Bruno Milano en bajo y Lucas Trosman en batería. Lo pudimos grabar en febrero de 2021 con Federico Nicolao, que grabó también mis dos discos anteriores, y que logró un audio fresco y poderoso a la vez. Las canciones de Tregua hablan del dolor, de la luz y las sombras, las manchas, los errores, los descubrimientos, habla de poder crecer en un mundo imperfecto y de hallar momentos, personas, cosas que nos den una tregua, un respiro.

-¿Cómo imaginás el encuentro con el público, dentro de unos días en Hasta Trilce?
-Lo imagino como algo muy emotivo y poderoso después de tanto tiempo de no tocar. Volver a tocar los cuatro después de casi dos años, y encima presentando un nuevo disco, va a ser intenso y hermoso. Espero que para el público también sea así, y sea para todos un reencontrarnos con ese alimento que es ir a ver y escuchar música en vivo, ese estímulo, ese ritual irremplazable por otra cosa.

-¿Qué te significa cantar? ¿Cómo se podría definir a tu arte?
-Cantar es estar doblemente viva, es sentir placer, es comunicar, es expresar lo que no puedo de otro modo. Es entrega. Si tengo que definir qué música hago, digo primero que hago canciones. Que los lenguajes o universos sonoros de los cuales se nutren esas canciones pasan por el folclore, el jazz, el pop, lo contemporáneo. Que me gusta cuidar todo lo que suena en esas canciones, que la letra no es más importante que la música y viceversa. He escuchado varias definiciones que hacen los oyentes como por ejemplo “pop difícil”, “Pink Floyd haciendo tonadas” o “música con una melancolía rabiosa”. Me resulta super atractivo que la persona que escucha tenga que crear un concepto para poder explicar la música. Que no encaje en una cajita ya existente me gusta.

-¿Quiénes son tus referentes musicales? ¿Qué músicas escuchás?
-Joni Michell, Fernando Cabrera, Vitor Ramil, Olivier Messiaen, Diego Schissi, Aca Seca, Roberta Sa, Silvia Perez Cruz, Djavan, Caetano Veloso, Atahualpa, El Cuchi Leguizamón, Lidia Borda, Loli Molina, Mateo, Ella Fitzgerald, Edgardo Cardozo.

-La sociedad y el mundo viven un momento complejo, en el día a día. ¿Cómo te atraviesa la realidad de todos estos meses?
-Es difícil el momento. La pandemia acentuó la crisis y la incertidumbre, la gran dificultad para poder proyectar crecimiento a largo plazo. En el caso puntual de la cultura, fue devastadora y dejó muchas fisuras en el tejido cultural, que ahora, muy paulatina y rudimentariamente intenta empezar a recomponerse. En lo personal, yo pude trasladar mi trabajo de dar clases a la modalidad virtual y eso me permitió que no me faltara nada y poder componer en los momentos libres y estar hoy en día presentando este disco y esperando y deseando que volvamos cada vez más al ruedo de manera permanente, cuidada y estable.

-¿Sos cantora o sos cantante?
-No creo en esa división. O, mejor dicho, aspiro a ser las dos cosas. Si cantor es aquel que se expresa a través de su voz de manera espontánea, y lleva en su sonido la tradición de un pueblo, qué hermoso ser cantor. Si cantante es aquél que entrena su voz, que investiga sobre ello para lograr cada vez un sonido más íntegro y pleno, y le pagan por hacerlo, también qué hermoso ser cantante. Por ejemplo, para mí Pavarotti era un cantor. Y obviamente también era un cantante.

-¿Qué recuerdos musicales guardás de tu niñez? ¿Cuáles fueron los sonidos de tu infancia?
-Vengo de familia de músicos y melómanos, así que son muchos. La música electroacústica que componía mi mamá, Silvia Goldberg. La música clásica que escuchaba mi papá los domingos a la mañana en el living. El piano que estudiaba mi hermana Gabriela horas y horas. Conciertos en el Colón. La música que escuchaban mis hermanas, Silvio Rodriguez, Pablo Milanés. Mis propios gustos de la infancia, las canciones Disney y Vivitos y Coleando. Y la primera vez que escuché a los Beatles y me voló la cabeza.

-Dicen por ahí que existe otro mundo, pero habita en éste mundo. ¿Cómo es el mundo de Cecilia Bernasconi?
-En mi mundo hay muchas preguntas sobre cómo y porqué es el mundo como es, que necesitan ser expresadas en canciones. Hay amor por la música. Amor por las voces de las personas, hay alumnos y hay maestros. Hay dos gatos, Pipi y Chompy. Hay amigas increíbles con las que transitamos la vida haciéndonos preguntas y acompañándonos. Hay una familia y un legado. Hay dolor a veces, como todo el mundo. Hay yoga y natación y placer al sentirme bien en mi cuerpo. Hay placer por sacar fotos, pintar. Hay equivocarse y tratar de aprender de eso. Hay salir de la ciudad y estar en la naturaleza, y poner la cara al sol durante horas y nadar en un río, o remar, o caminar por un pueblo.


Desde 2010 Cecilia Bernasconi compone, canta y toca su música. Música que arregla y dirige para una banda que a su vez lidera, gestiona y produce. En 2013 editó su primer disco “Fulgor”, que la introdujo en la escena musical como una cantautora con voz propia y una búsqueda estética muy personal. Son músicas con letras porque son más que canciones: son el resultado sonoro de un entramado entre un discurso musical complejo y difícil de encasillar en un género, con unas letras de alto vuelo poético. Con su segundo álbum “Puentes en el Mar” (2018,) Cecilia vuelve a apostar al cruce entre géneros, teniendo también momentos muy íntimos, canciones como haikus en medio de otras más expansivas, con cuerdas, vientos y sintetizadores. Luego de ese disco, la banda se consolidó como el cuarteto que es en la actualidad, y eso le permitió desarrollar una sonoridad propia del grupo y plasmarla en el tercer disco, “Tregua" (2021).

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