Daniel Ruggiero: "el tango tiene su convocatoria y como atracción cultural es de gran riqueza"
17 de septiembre de 2019
por Gustavo Grosso

DANIEL RUGGIERO presenta "Doble concierto para Violín, Bandoneón y Orquesta"
junto a la ORQUESTA FILARMÓNICA de BUENOS AIRES
El bandoneonista, compositor y director Daniel Ruggiero,
por primera vez invitado por la Filarmónica de Bs As, interpretará su obra
"Doble concierto...", en el marco del ciclo "El Colón en la Usina".
Jueves 19 de Septiembre 20hs en
USINA DEL ARTE - AUDITORIO
Caffarena 1, esquina Av. Pedro de Mendoza, La Boca.
Dentro del Ciclo "El Colón en la Usina"
Concierto Divertimentos y Pasiones
Con la dirección de Noam Zur.
SOLISTAS: Matías Grande (violín) y Daniel Ruggiero (bandoneón)
-¿Cómo se gestó el encuentro musical que se viene junto a la Orquesta Filarmónica de Buenos Aires, el el violinista Matías Grande y toda una lista de grandes músicos?
-Desde el estreno de "Doble concierto para Violín, Bandoneón y Orquesta" en 2013, con Matías Grande - violinista y gran amigo que fue quien me encargó la obra - la estamos proponiendo hace muchos años, y por suerte esta temporada llegó la invitación. Antes de esto, fui invitado a tocarla en octubre de 2018 en Mazatlán, México, junto a Israel Torres Araiza como solista.
-Daniel ¿Cuándo y cómo comenzó a escuchar tango?
-En mi casa el tango, el bandoneón y la música estaban omnipresentes y el desfile de amigos de mi padre, todos músicos de tango de la gran época, siempre me pareció increíble; las charlas y las risas que venían desde el comedor, me daban la sensación de un mundo muy divertido. Y lo es. Y desde siempre estuvo el tango, además de poder presenciar conciertos, especialmente del Sexteto Tango y Osvaldo Pugliese, o tener una silla al al lado de mi viejo durante los ensayos del Sexteto porque, sino, según cuenta el mito, me largaba a llorar.
-En su vida de músico ha conocido a grandes intérpretes de la música ciudadana ¿Quién son sus referentes musicales?
-Es cierto, tuve la suerte por mi padre de tener una relación casi familiar con Osvaldo Pugliese, quien fue y es un maestro no solo musical, sino también un ejemplo de trabajo y de convicción.Referentes hay muchos: Pugliese, Troilo, Piazzolla, Salgán, obviamente mi padre Osvaldo Ruggiero y su Sexteto Tango. Para hablar de otras músicas, Spinetta, Charly, Fito Paez, o Miles Davis, Bill Evans, Shostakovich, Stravinsky, Parafraseando al gran AnibalTroilo, la música es linda o fea, no importan los géneros.
-La Usina del Arte se ha convertido en un refugio de la buena música, con acceso a un gran público ¿sigue siendo el tango una atracción convocante?
-El tango tiene su convocatoria y como atracción cultural creo que es de gran riqueza: hay muchas ofertas para ver tango de todo tipo y de gran calidad.Sin dudas podría ser mayor con más difusión y apoyo. Sinceramente, hace mucho que no me toca actuar en estos grandes escenarios por fuera de algún que otro festival, pero no tengo dudas de que el auditorio es uno de los mejores lugares que hay en la ciudad de Buenos Aires para hacer y escuchar música.
-¿Cómo analiza el momento actual del tango?
-Cuando editamos nuestro primer disco con Quasimodo Trio, allá por 2004, había pocos grupos de jóvenes - y menos aun con un porcentaje alto de música original en su repertorio. En este momento, quizás como paradoja, hay una enorme cantidad de grupos, orquestas, compositores, letristas, casi todos cooperativas, otra lección de Osvaldo Pugliese, que hacen sus milongas, festivales, discos, a pesar del momento tan especial que transcurrimos como sociedad, y me atrevo a decir que quizás sea, en algún punto, una reacción a lo que esta pasando y la mejor manera de mostrarlo es haciendo tango y tango de hoy.
-¿Qué significó Aníbal Troilo para la historia musical argentina? ¿Y Piazzolla?
-Troilo es el tango, el bandoneón, el porteño por excelencia; significa para mí lo más alto del tango, junto con Pugliese, Salgán, Darienzo, y por supuesto Piazzolla, que tuvo la osadía, de dar un paso más largo aun. Y en ese paso abrió un nuevo campo expresivo para los que sentimos que el tango no es una foto, ni un disco de pasta: que tiene que seguir abriéndose paso, tal cual como nuestra sociedad, compuesta por culturas diversas y creando un lenguaje propio.