Quinto Elemento

Rafael Curci: “Los mundos poéticos que me permito habitar me mantienen vivo y andando”


02 de mayo de 2025

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Rafael Curci nació en Montevideo y vive en el conurbano bonaerense, por elección y porque así lo decidió. Tiene varios oficios: dramaturgo, director, escritor y teórico de teatro. Vivió también en Brasil, es discípulo de Javier Villafañe y Ariel Bufano, los dos referentes principales del arte de los títeres en la Argentina, se formó en el Taller Escuela de Titiriteros del Teatro San Martín de Buenos Aires y por estos días está presentando “Misterios Conurbánicos”, un libro que expone misterios, supersticiones y devociones populares profundamente arraigadas en el conurbano bonaerense. Por las páginas, bellamente ilustradas, desfilan el Gauchito Gil, la sirena de Gerli, Borges y Adrogué, San La Muerte, el velociraptor de Lanús, Los Espiritistas de Cañuelas, Mikilo y Adolfo Sosa, San Maradona, Yile, King Kong, extraterrestres, curanderas, santitos milagreros y pibes chorros. El conurbano. Ese conurbano profundo.


“Misterios Conurbánicos” será presentado el 9 de mayo a las 19 en la Biblioteca Nacional Mariano Moreno, Agüero 2502, Ciudad de Buenos Aires 

-Se viene la presentación de “Misterios Conurbánicos”, un trabajo que atraviesa devociones, anécdotas, historias... ¿Cuál fue la génesis de este inmenso trabajo? ¿Qué te motivó?
-Supongo que mi interés por los mitos, supersticiones y devociones populares en general -y en particular las del conurbano-, hizo posible que pudiera captar, madurar y pasar al papel un puñado de escritos que abordan distintos géneros y subgéneros narrativos (ensayo, relato, historieta, cuento, una obra de teatro, crónicas, reseñas, un monólogo, etc.), reunidos bajo el título Misterios Conurbánicos. El libro en sí mismo no es otra cosa que una intentona de generar múltiples historias tomando como fuente de inspiración y disparador el siempre estigmatizado y nunca bien ponderado conurbano bonaerense teniendo en cuenta sus particularidades, idiosincrasias, costumbres y creencias.

-En el libro se mezclan historietistas con Borges, rarezas místicas con platos voladores. ¿Qué te motiva ser un caminante del gran Buenos Aires más profundo, de lugares que muchas veces tienen una mirada algo despectiva?
-Este libro propone una mirada artística, fraternal, empática e inclusiva sobre el conurbano, sus habitantes, sus creencias, costumbres, particularidades y rarezas. Y justamente, fueron esas rarezas, esos misterios conurbánicos los que decidimos recrear con el lenguaje historietístico. Así fue que decidimos plasmar en viñetas a la sirena de Gerli, a Borges y Adrogué, a San La Muerte, al velociraptor de Lanús, Los Espiritistas de Cañuelas, a Mikilo y Adolfo Sosa, a Yile, King Kong, extraterrestres, curanderas, santitos milagreros y pibes chorros… todos estos dibujados por artistas fenomenales y de primera línea como los son Marcelo Basile, Tomás Coggiola, Sergio Ibañez, Carlos Dearmas, Edu Molina, Matías Muzillo, Diego Rey, Javier Mattano y Elmo Rocko. Sin su aporte este libro no sería ni remotamente lo que es.

-Sos titiritero, conociste a Javier Villafañe y Ariel Bufano, acaso los dos referentes principales de este arte. ¿Qué te significó ser discípulo de ellos?
-Ariel y Javier fueron y siguen siendo mi guía, mi horizonte. Ellos y otros tantos tutores con los que me crucé después. Tuve la fortuna de tener grandes maestros, buenos referentes y ningún “infuencer”, a Dios gracias.

“La Biblia y el Calefón que proclamaba Discépolo en su célebre tango Cambalache encuentra su símil del otro lado de la General Paz, cuando colocamos una gaseosa Manaos junto a un choripán envuelto en una página arrancada de la Constitución Nacional” (Rafael Curci, textual del libro)

-¿Cómo te atraviesa el momento social y político que atraviesa el país?
-Me da la sensación de estar viviendo una pesadilla insoportable que no termina nunca... Duele Argentina. La falta de la más mínima empatía y consideración hacia el próximo se puso de moda. Se volvió admisible actuar y pensar como un sorete ignorante y reaccionario. Prima el odio y la sinrazón a la solidaridad. No reaccionamos ante la injusticia, y nos volvimos tolerantes con los corruptos, los estafadores y los criminales. En lo personal, ver y escuchar a ese desquiciado que tenemos como presidente y a su séquito de ministros, alcahuetes, periodistas ensobrados y demás cómplices de este gobierno corrupto, fascista y despiadado me desmoraliza, me quita las ganas de hacer y de proyectar para adelante. Y lo peor que te puede pasar es justamente eso, renunciar a todo y bajar los brazos, quedarte inmóvil, parado, impávido. Aun así, trato de no perder las esperanzas, me trago la bronca, me reinvento y sigo empujando con lo que me queda de resto.

-El marcado ataque a la cultura que propone este gobierno, con desfinanciación, desprecio y desinterés ¿Te detiene o te impulsa a enfrentar esa complejidad?
-Nunca fue fácil ni sencillo hacer gestión cultural en ninguno de los rubros, además de formar y preparar gente, armar propuestas y convocar al público que es el principal destinatario de nuestras actividades artísticas. El tema es que ahora la devastación es total y demoledora y nos afecta a todos los trabajadores sin distinción. Estamos dejando de ir al cine, al teatro, a encontrarnos con amigos para comer una pizza o comprar un comic, porque la prioridad es pagar la luz y el gas, las expensas, la comida…. Desde el año pasado entré en modo subsistencia, bah.


Me da la sensación de estar viviendo una pesadilla insoportable que no termina nunca... Duele Argentina. La falta de la más mínima empatía y consideración hacia el próximo se puso de moda. 

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¿Qué tiene el conurbano profundo que no tenga Barrio Norte? O Palermo.
-Son radicalmente opuestos. Como el día y la noche te diría. Se puede percibir a simple vista un patrón más o menos armónico, formal y estético en la arquitectura que ostentan los distintos barrios porteños. En cambio, a lo largo y ancho de casi todo el conurbano bonaerense lo que prima es lo antiestético y lo informal. La construcción precaria, apurada y sediciosa. Siempre insurrecta, ilícita y desparpajada. Así y todo, cada uno de los 24 partidos que componen el Gran Buenos Aires tienen su encanto y un atractivo particular que los distingue y al mismo tiempo los destaca del resto.

-¿Viste El Eternauta?
-Si. La vi y me pareció más que aceptable. Así y todo, con los cambios, recortes y agregados que tuvieron que hacer para que el relato fluyera acorde a esta época y a los tiempos aciagos en que vivimos. Demoró, pero se hizo. Y ojalá que el Eternauta abra las puertas del segmento audiovisual a otras tantas historietas argentinas notables, dignas de verse y disfrutarse en la pantalla grande. Déjense de joder con esas comedias mojigatas, los policiales trasnochados, o las series pedorras de Cópola o Wanda Nara… Prueben con hacer buena ficción, incluso terror, que aquí hay muy buen material, sobra talento y profesionales calificados para hacer algo pulenta y de alto nivel.

-Dicen por ahí que existe otro mundo, pero habita en este mundo... ¿Cómo es el mundo de Rafael Curci?
-Con los pies sobre la tierra y con la cabeza volando. Siempre. De niño era el papamoscas que la maestra retaba y reprimía por mirar por la ventana. La ventana es el primer espacio donde los niños imaginan cosas. Soy de los pocos que todavía miran el paisaje por la ventana del tren, del avión o del colectivo. Y sigo imaginando. Prácticamente no uso celular. No uso IA. Prefiero lo análogo y lo analógico a lo digital, me gusta la fricción de la púa sobre el disco de vinilo, el café de filtro, las formas paraedólicas que hacen las nubes, la profundidad de las sombras, el aliento que exhalan las páginas de un libro recién comprado… Esas cosas simples, esos mundos poéticos que me permito habitar son, supongo, lo que me mantiene vivo y andando.

El libro fue editado por Comic.Ar
Guión: Rafa Curci.
Dibujos: Marcelo Basile, Tomás Coggiola, Carlos Dearmas, Sergio Ibáñez, Javier Mattano, Matías Muzzillo, Diego Rey y Elmo Rocko.
Formato: 17 cm x 24 cm - 168 páginas - Blanco y Negro.

 

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